Todos tenemos un mundo. Un mundo en el que refugiarnos y sentirnos a salvo ante cualquier amenaza que nos supone el que tenemos presente. Un día somos épicos héroes que luchan contra dragones y abominables bestias. Otro día somos personas con grandiosos poderes con los cuales podríamos salvar el mundo en un abrir y cerrar de ojos, o en otras ocasiones vivir aventuras en un lugar diferente más allá de la imaginación humana.
Somos los héroes de nuestra perspectiva acerca de este mundo, aventureros sin fronteras ni obstáculo alguno. ¿Pero hasta dónde es capaz de llegar esa imaginación? ¿Nos absorbemos en él de tal forma que puede tenernos completamente ciegos? ¿Quizás estemos sobrepasando el límite que separa la cordura de la locura? El mundo es un lugar peligroso, pero lo es más cuando no sabes en cuál de ellos estás. Y es ahí cuando la esquizofrenia te sumerge en lo más profundo de sus mares de agua negra y toma posesión de tu cuerpo; tu alma, tus amigos, tu pareja, tu familia, tu forma de vida y tu trabajo; convirtiéndote en un ser que deambula entre lo desconocido y con la mirada vacía.
Ese mundo en el que me escondo se llama Duurmia; de extensos bosques, niebla casi permanente y extraños paisajes pero a la vez intrigantes. No quiero entrar de momento en detalle acerca de cómo es ese lugar tan especial en el que me llevo refugiando desde los 6 años, esperando y creyendo con todas mis fuerzas que algún día fuera real. Primero empezó por el simple deseo de querer escapar de la realidad a la que me sentía obligada a vivir, llena de monotonía y carente de sentido alguno. Luego se convierte en una necesidad, y por último, en una realidad.
Dicen que para todo hay un remedio pero ¿habrá alguno para mí? Yo no soy como los demás a pesar de que la gente diga lo contrario. Siempre he sido diferente o me he sentido como tal, debido a cómo me trataban desde el colegio y a partir de ahí es algo que supe que conviviría conmigo de por vida.
Muchas veces me he preguntado si existirá alguien como yo en este extraño mundo. Por eso he creado este espacio en el que compartir mis experiencias y mi convivencia con esta enfermedad, ya que me ha costado encontrar experiencias cercanas a las mías que hayan podido orientarme un poco. Espero que aquellos que se sientan como yo sepan que no están solos en este océano de aguas negras al que yo llamo "esquizofrenia paranoide".
Gonna be everything you’ve ever dreamed.
ResponderEliminarRisperidona actúa también como antagonista del receptor de la serotonina 5-HT2A y 5-HT2A, y puede ser usado como un bloqueador rápido y eficaz de drogas agonistas de los receptores 5-HT2A, como el LSD. Por otro lado, el uso de antipsicóticos en personas bajo los efectos del LSD ha sido analizado como extremadamente desagradable, siendo descrito por algunos pacientes como un auténtico "choque químico". Como resultado, el diazepam es más comúnmente recomendado para reducir la ansiedad en el bien conocido "mal viaje" de las personas intoxicadas con LSD.